"Pero no es que reuniera esa doble característica de ser hombre de ideas, y de ideas profundas, la de ser hombre de acción, sino que Che reunía como revolucionario las virtudes de un revolucionario; hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha. Constituyó, por sus virtudes, lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario.
"Suele, a la hora de la muerte de los hombres, hacerse discursos, suele destacarse virtudes, pero pocas veces como en esta ocasión se puede decir con más justicia, con más exactitud, de un hombre lo que decimos del Che: ¡ que constituyó un verdadero ejemplo de virtudes revolucionarias !
"Pero, además, añadía otra cualidad, que no es una cualidad del intelecto, que no es una cualidad de la voluntad, que no es una cualidad del corazón, ¡ porque era un hombre extraordinariamente humano, extraordinariamente sensible !
"Por eso decimos, cuando pensamos en su vida, cuando pensamos en su conducta, que constituyó el caso singular de un hombre rarísimo en cuanto fue capaz de conjugar en su personalidad no sólo las características de hombre de acción, sino también de hombre de pensamiento, de hombre de inmaculadas virtudes revolucionarias y de extraordinaria sensibilidad humana, unidas a un carácter de hierro, a una voluntad de acero, a una tenacidad indomable.
"Y por eso les ha legado a las generaciones futuras no sólo su experiencia, sus conocimientos como soldado destacado, sino que a la vez las obras de su inteligencia. Escribía con la virtuosidad de un clásico de la lengua. Sus narraciones de la guerra son insuperables. La profundidad de su pensamiento es impresionante. Nunca escribió sobre nada absolutamente que no lo hiciese con extraordinaria seriedad, con extraordinaria profundidad; y algunos de sus escritos no dudamos de que pasarán a la posteridad como documentos clásicos del pensamiento revolucionario.
"Y así, como fruto de esa inteligencia vigorosa y profunda, nos dejó infinidad de recuerdos, infinidad de relatos que, sin su trabajo, sin su esfuerzo, habrían podido tal vez olvidarse para siempre.
"Trabajador infatigable, en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no conoció un solo día de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le asignaron: como Presidente del Banco Nacional, como Director de la Junta de Planificación, como Ministro de Industrias, como Comandante de regiones militares, como Jefe de delegaciones de tipo político, o de tipo económico, o de tipo fraternal.
"Su inteligencia multifacética era capaz de emprender, con el máximo de seguridad, cualquier tarea en cualquier orden, en cualquier sentido. Y así, representó de manera brillante a nuestra patria en numerosas conferencias internacionales, de la misma manera que dirigió brillantemente a los soldados en el combate, de la misma manera que fue un modelo de trabajador al frente de cualesquiera de las instituciones que se le asignaron, ¡ y para él no hubo días de descanso, para él no hubo horas de descanso !. Y si mirábamos para las ventanas de sus oficinas, permanecían las luces encendidas hasta altas horas de la noche, estudiando, o mejor dicho, trabajando o estudiando. Porque era un estudioso de todos los problemas, era un lector infatigable. Su sed de abarcar conocimientos humanos era prácticamente insaciable, y las horas que le arrebataba al sueño, las dedicaba al estudio.
"Los días reglamentarios de descanso los dedicaba al trabajo voluntario. Fue él el inspirador y el máximo impulsor de ese trabajo que hoy es actividad de cientos de miles de personas en todo el país, el impulsor de esa actividad que cada día cobra en las masas de nuestro pueblo mayor fuerza.
"Y como revolucionario, como revolucionario comunista, verdaderamente comunista, tenía una infinita fe en los valores morales, tenía una infinita fe en la conciencia de los hombres. Y debemos decir que en su concepción vio con absoluta claridad en los resortes morales la palanca fundamental de la construcción del comunismo en la sociedad humana.
"Muchas cosas pensó, desarrolló y escribió. Y hay algo que debe decirse un día como hoy, y es que los escritos del Che, el pensamiento político y revolucionario del Che, tendrán un valor permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso revolucionario en América Latina. Y no dudamos que el valor de sus ideas, de sus ideas tanto como hombre de acción, como hombre de pensamiento, como hombre de acrisoladas virtudes morales, como hombre de insuperable sensibilidad humana, como hombre de conducta intachable, tienen y tendrán un valor universal.
"Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, ¡ nos dejó su ejemplo ! ¡ Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro pueblo !
"Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡ que sean como el Che ! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡ que sean como el Che !. Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡ queremos que se eduquen en el espíritu del Che !. Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡ de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che !
"Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡ QUEREMOS QUE SEAN COMO EL CHE !
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